Las 4 Virtudes Estoicas
A los estoicos les gustaba tener listas que se pudieran memorizar fácilmente. La más obvia es su lista de cuatro virtudes cardinales, que se remonta al menos a la representación de Sócrates en los diálogos de Platón: Sabiduría (sofía), Rectitud (dikaiosune), Fortaleza (andreia), y Templanza (sophrosune); que podría adaptarse a la sabiduría, justicia, coraje y templanza (o moderación).
Los estoicos describieron el bien supremo como «honorable» porque consiste en estos cuatro factores requeridos para la perfección de la naturaleza humana: las virtudes de la sabiduría, la justicia, el coraje y, como él escribe, el orden (autodisciplina o moderación). El «honorable», dice, denota aquellas cualidades que hacen a su poseedor genuinamente digno de alabanza, permitiéndole realizar su potencial natural como ser humano. Los estoicos concluyeron por lo tanto que sólo el sabio es honorable y «que sólo lo honorable es bueno». En otras palabras, lo bueno y lo honorable son sinónimos. Sin embargo, el bien es también lo que es beneficioso. Los estoicos creían que hacer lo que es honorable es en nuestro propio interés porque nos permite florecer como seres humanos.
Podríamos resumir brevemente el código de honor estoico en estos 4 puntos:
- Amar la verdad y buscar la sabiduría
- Actuar con justicia, equidad y amabilidad hacia los demás
- Domina tus miedos y sé valiente
- Domina tus deseos y vive con autodisciplina
¿Qué es el coraje?

El coraje no es desarrollar valentía cuando todo va bien, sino cuando sobrevives en momentos difíciles y desafías la adversidad
Séneca
El coraje es un concepto que se deriva del término griego andreia. Significa fortaleza o coraje.
Es una de las cuatro virtudes.
Significa coraje. Perolos antiguos estoicos también lo entendían como resistencia al dolor y la incomodidad en general.
Si la virtud es el coraje, su opuesto, el vicio, es la cobardía.
La virtud del coraje nos permite soportar, afrontar y superar el miedo y el dolor.
Séneca observó que, paradójicamente, esta virtud no puede existir sin haber sentido miedo o dolor antes. Solo se superan experimentándolos.
Los estoicos insisten en que en la vida se requiere coraje constantemente.
Cómo tener coraje
Para tener coraje, debemos haber experimentado dolor y miedo. Pero también arrepentimiento y decepción.
Es lo que sentimos al ver que no hemos tenido coraje frente a algo que no era para tanto.
Todos conocemos bien el coraje.
Todos hemos sentido esa energía justo antes de tomar una decisión importante. Un riesgo. Un cambio.
Todos hemos sentido ese vértigo que se siente ante un acto de valentía.
Todos hemos sentido también la decepción al no haber afrontado esos hechos. El saber que deberíamos haberlo hecho
La clave es hacer que ese arrepentimiento no se repita.
Un ejercicio fácil
Proponemos un ejercicio para desarrollar el coraje y conocerte más a fondo.
Se trata de escribir tus miedos.
Primer paso:
Coge un cuaderno y haz una cuadrícula con tres columnas.
En la primera columna a la izquierda ponle nombre a tus miedos.
Escribe «me da miedo hacer esto». «Tengo miedo de quedarme sin trabajo». «Tengo miedo de empezar un negocio». «Tengo miedo de que mi pareja me abandone». Lo que sea.
Segundo paso:
Valora los riesgos que corres si te enfrentas a cada miedo.
En la siguiente columna, escribe, qué posibles consecuencias tienen esos miedos. Por ejemplo, «Si me deja mi pareja, estaré solo». «Si empiezo este negocio, puedo arruinarme».
Tercer paso:
En la última columna de la derecha, dale un valor a cada una de las consecuencias. Puntúa del 1 al 10. El 1 sería lo menos malo y el 10 lo peor. Puntúa según tus miedos.
Ejemplo: «Tengo miedo de perder mi trabajo | Podría no encontrar otro pero también podría encontrar otro mejor | 2»
Quizás te dés cuenta de que en este caso perder tu trabajo no te afectaría tanto. Puedes encontrar algo mejor.
Cuando acabes, le habrás dado un valor numérico a tus miedos y consecuencias. Parecerán mucho más pequeños.
Pregúntate a ti mismo
Hay un segundo ejercicio que puedes hacer para desarrollar tu coraje. Y este es mental.
Es tan simple como hacerte las preguntas correctas en el momento preciso. En una situación que te intimide.
¿Estoy siendo valiente o cobarde?
¿Podría arriesgarme sin consecuencias graves?
¿Cuál es el peor escenario? ¿Es tan malo como pensaba?
Todo el mundo se encuentra en situaciones difíciles. Ser valiente y tener coraje no significa no tener miedo sino no dejar que te controlen.
Los miedos son irracionales. Cuando razonas, nada parece tan grave.
Deja que tus acciones hablen por ti.
Deja que tus acciones digan si eres cobarde o valiente.
¿Qué es la sabiduría práctica?
El que es prudente es moderado; el que es moderado es constante; el que es constante es imperturbable; el que es imperturbable vive sin tristeza; el que vive in tristeza es feliz; luego el prudente es feliz.”
Séneca
El concepto de sabiduría deriva de la palabra griega phrónesis.
Se traduce como sabiduría práctica. Pero se puede entender como capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo.
Se trata de desarrollar la habilidad para juzgar qué es lo que debemos hacer y qué no.
Es un paso crucial dentro de nuestro camino hacia una vida más virtuosa, y en definitiva más feliz.
Zenón de Citio, fundador del estoicismo, dijo que nos dieron dos oídos y una boca por una razón: para escuchar más y hablar menos
Además tenemos dos ojos para leer y observar más de lo que hablamos.
Todas las virtudes están interconectadas. La sabiduría destaca porque todas fundamentan su existencia en la toma correcta de decisiones.
Siempre tenemos que decidir si vamos a ser justos o no. Valientes o cobardes. Si vamos a mantener la calma o no.
El núcleo de esta virtud radica en observar la realidad de manera objetiva y racional. Y así, comprender la naturaleza del bien y del mal y actuar en consecuencia.
Cómo desarrollar la sabiduría
Proponemos algunas maneras prácticas de desarrollar la sabiduría.
No hay trucos ni caminos cortos.
O lo hacemos o no lo hacemos. No existe un «a medias».
No es fácil desarrollar la sabiduría.
¿Qué es la templanza?
El placer se convierte en castigo cuando se pasa cierto punto
Marco Arelio
Su origen es el término griego sophrosyne que también se traduce como moderación. Moderación en relación a deseos y placeres.
Es un concepto que merece la pena conocer porque está muy ligado a la autodisciplina y el autocontrol. Si te interesa desarrollar estas capacidades, sigue leyendo.
Es necesario ejercer la prudencia. Ser cautelosos acerca de lo que se debería hacer o no. Según sea mejor para el alma de la persona.
Cómo tener templanza
Proponemos algunos ejercicios para desarrollar esta virtud:
Autoconsciencia
Antes de ejercer el autocontrol debemos ser conscientes de que es necesario hacerlo.
Autocontrol
Una vez somos conscientes, es necesario ejercer templanza o moderación. Desarrollar ese autocontrol actuando con prudencia y moderación.
Epícteto fue un autor que trabajó muchísimo este concepto. Afirma que el autocontrol implica el conocimiento de lo que debería elegirse o evitarse. Dominar los impulsos.
Debemos guiar nuestras intenciones. Controlar alrededor de nuestros deseos.
también de Epícteto es la siguiente enseñanza
‘Acuérdate que debes comportarte en la vida como en un banquete. Si se pone algún plato delante de ti, puedes meter la mano y tomar honestamente tu parte. Si sólo pasa por delante de ti, guárdate bien de detenerlo o de meter la mano en él temerariamente: antes, espera apacible a que vuelva a ti. Lo mismo debes hacer para con tu mujer, tus hijos, las dignidades, las riquezas y todas las otras cosas de este género. Porque por este medio te harás merecedor de comer a la mesa de los dioses.
Ejercicios prácticos sobre la templanza
Te proponemos entrenar esa templanza en la vida cotidiana con algunos ejercicios con el objetivo de ser conscientes y disciplinados.
Para ello, lo ideal es enfrentarse a una situación en la que te resulte difícil autocontrolarte.
Consejo: cierra los ojos y respira tranquilamente. Concéntrate en controlarte.
Escúchate a ti mismo.
Por ejemplo, si tu objetivo es controlar tus ansias por comer, párate unos minutos a escuchar a tu estómago. Escucha los sonidos. Analiza las sensaciones. Tranquilízate.
Entonces, pregúntate:
¿Tienes tanta hambre como crees?
¿Realmente necesitas llenarte el plato hasta arriba?
¿Eres capaz de comer despacio?
Como con el resto de virtudes, se trata de hacerte una serie de preguntas en el momento más adecuado.
Otro consejo: piensa en una persona que consideres prudente o moderada.
¿Que haría en esta situación? ¿Que haría una persona que tiene la situación bajo control?
Intenta encarnarla.
Epícteto nos diría que la templanza o moderación se trata de evitar los excesos. Hacer lo correcto. En cantidad correcta y manera correcta.
Encuentra un término medio. En el término medio está la virtud.
Haz de la templanza tu objetivo en tu día dia.
Tu «yo» futuro te lo agradecerá.
¿Qué es la Justicia?
Muchas veces, comete injusticia el que nada hace. No solo el que hace algo.
Marco Aurelio
Para muchos, la justicia es la virtud más importante.
El mismo Marco Aurelio reconoce que la justicia es la fuente de las cuatro virtudes cardinales.
Otra traducción de la justicia para los estoicos es moralidad.
Para los estoicos, la justicia no son solo los límites de la legalidad. En el mundo moderno pensamos que la justicia trata sobre el sentido legal. Pero para el estoicismo también hablamos de «leyes morales». Nuestras relaciones con los demás.
Por ello, en muchas obras se ha traducido «justicia» como «moralidad», «virtud moral» o «virtud social».
El opuesto a la justicia, el vicio, ocurre cuando somos injustos o hacemos daño moral.
Una de las falacias más comunes sobre los estoicos es que eran personas frías. Que evitaban sentimientos.
Esto se desmiente porque los estoicos sentían un gran deber moral con la sociedad.
Por ejemplo, Marco Aurelio en sus Meditaciones nos insta a menudo a ayudar a los demás. A considerar qué impacto pueden tener nuestras acciones en la sociedad.
«Lo que no es bueno para la colmena no es bueno para la abeja», dijo.
Podemos ver la justicia en gran medida como la sabiduría aplicada a nuestras acciones. Sobre todo reflejadas en nuestras acciones sobre otras personas o la sociedad.
Cómo desarrollar la «justicia»
Veamos ejercicios para entrenar la justicia en el día a día.
Como todas las otras virtudes, se desarrolla haciéndote preguntas en situaciones de conflicto.
¿Cómo hacerlo?
Cuando te enfrentes a una decisión, piensa en todas tus opciones.
¿Cuál es la más justa o moral?
¿Que haría una persona justa?
Piensa en una persona que admires. Alguien que consideres que es justa y moral.
No te engañes
No pienses que algo es injusto o amoral solo cuando hay alguien para juzgarnos.
Cuando estamos solos, a veces pensamos que solo porque nadie nos ve, algunas cosas no están mal. Que no pasa nada si no tiene repercusiones.
Para autodisciplinarte en este sentido, ejercítate planteándote:
¿Harías lo mismo si alguien te estuviese viendo?
Si no, ¿entonces por qué lo haces?
Aunque nadie esté mirando, tú estás ahí.
La autoestima es simplemente la reputación que tienes contigo mismo.
Tú siempre lo sabrás .
Consejo: piensa en qué harías si alguien a quien quieres te estuviese viendo.
«Si esa persona me viera, ¿se sentiría orgullosa de mí?»
Ejemplo: vas a tirar la basura y el contenedor de los plásticos están lejos. No te apetece llevar todas las bolsas con plásticos hasta allí.
«Total, no te va a ver nadie y… por una vez no pasa nada».
¿Qué harías si la persona con la que acordaste reciclar te estuviera viendo?
Piénsalo bien.
Detrás de esas decisiones aparentemente sin importancia, pueden ocultarse una serie de problemas. Tarde o temprano saldrán a la superficie.
Conclusión
Para terminar, parafrasemos nuevamente al gran emperador:
En cada acción, pregúntate. ¿Cómo es esta respecto a mí? ¿No me arrepentiré después de hacerla? – Marco Aurelio
La justicia moral está por encima de cualquier otra cosa.
Por ello los estoicos adoraban hacer lo correcto.